lunes, 17 de marzo de 2008

"La Soprano del pueblo", ¿La Sarah Brightman version argentina?

Esta cantante lírica argentina sigue tras lo que Sarah Brightman ha marcado como Marca Registrada, apodada "La cantante del pueblo", en USA, aqui transcribo un reportaje para 10Musica.com tambien en su web( www.gabrielapochinki.com/) pueden encontrar mas de esta bella voz que el año pasado participo en "Cantando por un Sueño" versión argentina y llevo a la final a los finalista de la edicion 2006 y 2007.

25.04.2007
Gabriela Pochinki: "No quiero ser una diva intocable"
La cantante lírica argentina inicia un crossover hacia el pop.


Nos habla de su formación, de como es vivir con Michael Jackson un año, y le pega palo a Il Divo.

“Una voz tan bella que nos deja sin aliento”,
“La cantante clásica con más talento para ser una super estrella” y “La soprano del pueblo”, entre varios otros, son un muestreo de los calificativos que la prensa especializada de todo el planeta ha adherido sobre la carismática figura de Gabriela Pochinki.
En un juego de generalidades, la cantante es uno de los tantos ejemplos de talentos argentinos que transitan el globo despertando pasiones, recogiendo ovaciones y encendiendo multitudes.
Además de activar, obviamente, aquella manoseada idea de que nadie es profeta en su tierra.Recorriendo el historial de Gabriela Pochinki, los encabezados periodísticos se eclipsan frente a los contundentes elogios que suelen deslizar personalidades de la talla de Luciano Pavarotti, Placido Domingo, el multipremiado productor Kenny O’Brien o Michael Jackson y su padre, Joe. En su paso firme por toda Europa, Japón e Israel, la Pochinki recolectó aplausos en los teatros de Opera más prestigiosos e interpretó personajes épicos como Gilda en Rigoletto o Susana en Las Bodas de Figaro.

De vuelta en la Argentina, Gabriela Pochinki está decidida a conquistar su propia patria. Armando su estrategia a partir de Pájaro Rebelde, un disco de perfume tanguero e inspiración popular, la cantante inicia una nueva etapa que, según su presagio, la llevará a conquistar definitivamente el mundo.
Simple, sincera y pasional, en esta entrevista con 10Música, repasa sus comienzos, relata porque un concierto de Pavarotti le cambió la vida, nos revela a Michael Jackson en la intimidad y analiza el fenómeno lírico/pop de Il Divo.

¿Cómo llegas a convertirte en cantante lírica?

Siempre soñé con ser un artista internacional. Yo era muy espiritual, muy religiosa, y le dije a Dios: “Si quiero ser internacional, tengo que tener formación internacional, si vos sabés que voy a poder ser internacional, abrime las puertas de la mejor escuela del mundo, donde pueda estudiar y formarme para después competir a nivel mundial”.

Yo soñaba con hacer una película en Hollywood, con cantar a lo Julie Andrews, pero no tenía idea de lo que era una técnica pop o lírica. Me había gustado Pavarotti en el Luna Park y cuando lo vi me di cuenta de lo que quería hacer.

Además, la hermana de mi mamá era cantante lírica y antes de fallecer me dijo: “te paso el mando”…Sin embargo, la opera no es un género muy popular para alguien que quiere llegar a Hollywood…Hoy entiendo que la opera es popular, que apasiona, encanta… La opera empieza en los bares de Italia cantada por el pueblo. En mi último disco, Pájaro Rebelde, lo que hice fue traducir arias al español para acercar la opera a lo directamente popular. Con toda la búsqueda que hice durante años, lo que intenté fue eso: hacerla más accesible. Por eso, los diarios de Estados Unidos y de Europa me llamaron “La soprano del pueblo”. Yo no quiero ser una diva intocable, quiero ser friendly, amigable, tocable, siempre con una sonrisa… sin tanta producción, sencilla.

¿Cómo llegas a vivir en la casa de Michael Jackson y a ser producida por su padre, Joe?

Yo estaba trabajando en la Opera de Verona en Italia, y unos productores alemanes me vieron por televisión, en el canal 5 de la RAI, y me pidieron si podía viajar a Neverland en Santa Bárbara, porque era el cumpleaños de Joe Jackson, el papá de Michael. La idea era que yo le cante a Joe “No llores por mi Argentina”, el tema que me identificaba y que cantaba en la tele italiana. Viajé, canté y al otro día, cuando estaba a punto de volverme, suena el teléfono y y era Joe, quién me decía que no me vaya todavía, que me pasaba a buscar en cuatro horas con una camioneta para ir de Los Angeles a Las Vegas, donde él tenía su casa y estudio, y donde estaba, también, el productor de Kool & The Gang, quien me iba a entrenar para cantar pop y soul.

¿Conociste a Michael?

Sí, por supuesto, lo conocí. También conocí a su mamá, a sus hermanos… viví con ellos un año.La pregunta se cae de madura: ¿cómo es Michael en la intimidad?Es muy tipo nene. Tiene una voz muy aguda de nenito. Su casa de Neverland, está llena de golosinas, de caramelos, de juguetes… Creo que viví tantos meses en su casa porque yo no era chusma o curiosa. Yo viví ahí adentro como una hija más y, además, era la única blanca dentro de la casa… Yo no tenía mucho contacto con la raza negra. Dios quiso que yo haga ese camino.También, Luiciano Pavarotti ha declarado ser un gran admirador tuyo y, desde afuera y por tu música, se ve una conexión muy grande con él…
Sí, la conexión con él es muy grande. Como te decía antes, cuando lo vi en el Luna Park decidí ser cantante. Cuando vi como a través de “la voz” él ponía de pie a todo un pueblo, me dije: “yo quiero ser cantante y esto es ser artista”. Me marcó su estilo. Fue totalmente una inspiración. También, él abrió la opera al pop y al rock, lo cual fue totalmente revolucionario.

¿Te gusta lo que hizo Il Divo a partir de esta apertura y de la mezcla de lo lírico con lo popular?

Creo que ellos no tuvieron la formación que tuvo mi camada. Yo los vi en el Luna Park y pusieron la orquesta sinfónica del Colón a la derecha del escenario y una formación más rock o pop de piano de cola, una batería, un bajo y una guitarra eléctrica a la izquierda. En ese sentido, me encanta porque es justamente lo que estoy haciendo yo, es lírico pop. Pero, al no tener la formación que tuve yo, los hace quedar a mitad del camino. Están cantando una canción y, en lugar de interpretarla, se ponen la mano en el bolsillo, están en facheritos, en lindos… o sea, si voy a ver a Britney Spears, espero el baile, la energía, la ropa. Si voy a ver a Shakira, no espero que sea María Callas. Pero en Il Divo esperaba una formación lírica completa. Es como que estos chicos no llegaron ni a segundo año. Son facheros, se visten lindo, cantan lindo y tienen lindas voces, pero cuatro hacen uno. Y tampoco sé el nombre de ninguno de esos cuatro. Cuando yo entré a la escuela, me preguntaron: “¿Vos quien querés ser?” y contesté que quería ser Gabriela Pochinki. A mi no me gustaría que vos me vengas a ver cantardo y te preguntes: “¿Cómo se llamaba esa chica?”.

Gustavo Bove